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Huye de la segunda temporada de los Anillos de Poder como si lo hicieras de los orcos

Pero de los orcos de los libros de Tolkien y de su representación en la trilogía de Peter Jackson, de los horrendos, viles y violentos, No así los orcos aparecidos en esta segunda temporada, y que como casi todo lo demás en esta serie, dan más risa que miedo. La primera temporada de Los Anillos de Poder dejó mucho que desear, y esta segunda temporada, va por el mismo camino, aunque desgraciadamente, todo indica que irá a peor.

Entre los muchos problemas que tiene esta serie se encuentra principalmente la poca fidelidad con la obra de Tolkien, obra de la que han tomado el nombre, pero que no les importa este aspecto en absoluto, como puede verse por personajes y situaciones poco o nada fidedignas. La serie continúa tomando demasiadas libertades creativas que distorsionan la obra de Tolkien y de todo lo que representa esta, alterando o inventando sucesos.

Un ejemplo de esto lo tenemos con los orcos que han podido verse en el tercer capítulo de esta segunda temporada, en donde estos no muestran el típico comportamiento agresivo y violento, tan típico de esta raza, sino que imploran por su vida y por la de su familia. Perdón, ¿qué has dicho? Lo que has oído, ahora los orcos tienen familia, lo que demuestra un total desconocimiento de la obra de Tolkien, y lo que es peor, una falta de respeto que raya en el desprecio.

Esto me lleva al otro gran problema de la serie, y es la inconsistencia de sus personajes e historia. Esto, por supuesto, viene al no ser fiel al material original, como añadir elementos cosas que no deberían estar ahí, y que hacen que tu obra sea inconsistente, con personajes que se contradicen continuamente dando lugar a arcos carentes de sentido, y en algunos casos, ridículos.

Todavía quedan tres temporadas más de esta serie, ya que Amazon firmó un contrato para realizar cinco, pero me preguntó si no será mejor pagar la penalización por no realizarlas que seguir por este sendero, que sólo te asegura costes gigantescos y un más que dudoso retorno. Recordad que la primera temporada costó 465 millones de dólares, a los que hay que sumar los 250 de adquirir los derechos.

Conclusión: Voy a ver la trilogía de El Señor de los Anillos de Peter Jackson hasta que me sangren los ojos, versiones extendidas incluidas.